Museo municipal

El Museo Municipal de Pizarra se encuentra ubicado en el Cortijo Casablanca o Cortijo del Arte, a 1 Km. escaso del malagueño pueblo de Pizarra.
 
Esta compuesto por dos salas expositivas en las que podemos encontrar piezas arqueológicas y etnográficas, así como parte de la obra del pintor norteamericano Gino Hollander. Llegando a conformar una colección de entorno a 6.000 piezas y sumando 800 m2 de superficie expositiva.
 
El Cortijo Casablanca constituye en sí un importante complejo turístico ya que además de albergar el Museo cuenta también con Salón de Actos, Restaurante y un Hotel Rural rodeados por bellas zonas ajardinadas y amplias zonas de aparcamiento.

Las dos salas en las que se divide la exposición permanente del Museo son:

La sala denominada “Gino Hollander”: en la que se expone una colección de piezas arqueológicas que  van desde el Paleolítico hasta la Edad Moderna junto a elementos etnográficos que reflejan el trabajo tradicional en el campo como son los trillos, arados, etc…

La sala llamada “Agustín Clavijo”: en ella se reproducen diversas estancias tradicionales con todos sus elementos característicos tales como un estudio, una sacristía, una cocina o un dormitorio. Todo ello acompañado por la obra del pintor norteamericano Gino Hollander.

Horario de visitas

ABIERTO LUNES Y DE
MIERCOLES A DOMINGO

  • MAÑANAS DE 09:00H. A 14:00H.

  • TARDES DE 15:00H. A 18:00H

 MARTES CERRADO

Precio de entrada

  • Personas adultas: 3€ /persona

  • Niños/as: 2€ 

  • Grupos a partir de 10 personas: 2€ /persona

MIERCOLES ENTRADA GRATUITA

Dirección

Cortijo Casablanca

Ctra. A-7054 KM. 22 (Antigua Carretera Pizarra – Est. Cártama)

Pizarra (Málaga)

C.P. 29560

Teléfonos de contacto

951 51 20 61
600 37 83 38

Correo electrónico

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Para más información

En la primera de estas salas se expone una amplia serie de restos arqueológicos pertenecientes a diversos períodos históricos y que provienen de distintos países, entre los que podemos destacar por su importancia un bifaz procedente del yacimiento de Olduvai en Tanzania, el cual nos remite a los primeros instrumentos usados por una de las más antiguas especies humanas, como es el Homo Habilis, todo ello sin olvidar los ajuares de la necrópolis de la Edad del Bronce de Los Castillejos de Luna, en la propia Pizarra, amén de una rica colección de urnas cinerarias ibéricas.

Gran trascendencia tiene el mundo romano, donde podemos ver una espléndida serie de vidrios y varios tipos de enterramientos que nos permiten valorar su evolución a lo largo de la vida del Imperio, o las cerámicas que utilizaban en la cocina o en la mesa. Todo ello sin dejar de comentar la presencia medieval, representada, entre otras piezas, por algún capitel de mármol procedente de Córdoba, al que acompañan redomas y candiles de esta época.

Encontramos, además, un buen conjunto de muebles y enseres tradicionales que nos informan acerca de las distintas actividades llevadas a cabo por nuestros abuelos, tales como trillos, yugos, estribos o útiles de zapatero, así como una rica colección de muebles, pudiendo el visitante contemplar también algunas cerámicas pintadas procedentes de Marruecos.

La segunda sala ofrece una notable colección de pinturas de Gino Hollander, junto a muebles de los siglos XVI a XIX, como puede ser el típico bargueño español o los sillones fraileros, usados sobre todo en conventos y recintos religiosos, así como arcones góticos tardíos de los siglos XV-XVI, y otros bancos tipo Windsor del siglo XIX, sin que olvidemos una espléndida cajonera burgalesa de carácter religioso que podemos situar entre los siglos XVI-XVII.

También proliferan los objetos elaborados con materiales perecederos, como pueden ser el esparto y la madera, representados por bandejas, cajitas, serones, fuentes y cuencos, siendo posible comentar la presencia de una gran multitud de utensilios etnográficos, habiéndose recreado dos escenas de la vida cotidiana como serían un dormitorio y una cocina.

Son varios también los enseres religiosos que pueden contemplarse, junto con algunos albarelos, recipientes cerámicos para guardar medicamentos, de los siglos XVII-XVIII, y una escultura en madera de un Cristo vestido que fue tallada en Valencia durante el siglo XVIII, mereciendo destacarse un bello libro de salmos escrito en latín.